La mayoría de las parejas opinan que el buen sexo es uno de los pilares fundamentales para que la relación funcione. Pero la chispa no se mantiene sola, ambos deben involucrarse. Si discrepan en la importancia que le dan al sexo habrán problemas.
Es necesario comprender que una vida sexual sana no solo depende del sexo. De hecho, mucho sexo no significa salud. Hay otros factores que, junto al coito, determinan la estabilidad y la vitalidad sexual de la relación.
Para aspirar a un sexo pleno debe entenderse que, mientras más plena sea la relación de pareja más posible será una plenitud sexual. El pasar tiempo juntos compartiendo momentos e intereses en comunes, refuerza el lazo que mantienen. Una amistad profunda desencadena sentimientos que pueden terminar en un acto sexual. Por tanto, se recomienda enriquecer primero los lazos de compañerismo.
Planteado de otra manera, el coito es la mayor expresión de unidad física entre un hombre y una mujer, que convertido en el símbolo del amor que se tienen, de sus comunes intereses, proyectos e historia, estamos frente a un sexo sano y pleno.
Partiendo desde una relación plena, para un sexo pleno, se sugiere:
- El placer es mejor si es compartido, gratifica ver que tu pareja disfruta de tu sexo. En una sexualidad sana, el placer del otro ha de aumentar tu propio placer.
- Concéntrate en el aquí y el ahora.
- Olvídense de las fantasías sexuales, preocupaciones, discrepancias de cualquier tipo, de las frustraciones pasadas, etc.
- No a las expectativas, simplente vívanlo.
- Hablar de sexo con libertad y cariño.
Para reflexionar responde las siguientes afirmaciones.