… “Yo no escogí la psicología positiva. Me llamó. Es lo que quería desde el principio, pero la psicología experimental y luego la psicología clínica eran los únicos campos existentes cercanos a lo que me llamaba. No tengo una forma menos mística de decirlo. Vocación, como ser llamado a actuar en lugar de decidir actuar, es una vieja palabra, pero es algo real. La psicología positiva me llamó como la zarza ardiente llamó a Moisés.
Los psicólogos distinguen entre un trabajo, una carrera y un llamado. Haces un trabajo por dinero, y cuando el dinero se acaba, dejas de trabajar en ello. Buscas una carrera por los ascensos, y cuando dejas de subir de puestos renuncias o te vuelves un autómata. En contraste, un llamado se hace porque así se quiere. Lo harías de cualquier forma, aunque no hubiera pago ni ascensos. “¡Trata de impedírmelo!”, es lo que el corazón grita cuando sientes el llamado… “.