Los sicólogos en numerosos estudios señalan que los resultados y consecuencias de los conflictos están relacionados con los estados de ánimo y actitudes previos al inicio del conflicto.
Un conflicto de pareja puede concluir mejor si el estado de ánimo inicial es positivo, en donde el afecto mutuo impulse a la integración y colaboración de la pareja.
Al contrario, con un estado de ánimo negativo -enojado, asustado, cansado, etc.- que impide la serenidad ante un conflicto lo mejor es abandonar la escena. Muchas veces vemos que un conflicto cae en frases y palabras inoportunas, desatinadas y torpes que, por una emoción intensa y pasajera, traiciona el real sentir de largo plazo, dejando heridas a veces difíciles de sanar.
En consecuencia, arranca del conflicto si sientes que estás en un estado de ánimo negativo al momento de que este comience, hasta que te encuentres en mejores condiciones, descansado y con una actitud más positiva.
Para reflexionar responde las siguientes afirmaciones.