Para empezar a vivir con un presupuesto, lo primero es tomar conciencia de la situación actual de ingresos, egresos y hábitos de consumo. Apoyándose en buena información histórica-real.
• Mientras mejor se conozcan los ingresos y hábitos de gasto, mayor control se tendrá sobre ellos.
• No se necesita un gran detalle de gastos, sino una buena estimación criteriosa y luego mantenerse firme en ellos.
• El crédito no es una partida del presupuesto, sino una forma de pago.
Luego, clasificar en ítems por ingresos y gastos para su gestión.
Lo interesante de esta clasificación, es que nos ayuda a entender los ingresos y consumos ampliando la mirada sobre estos, con el objeto de recortarlos, redirigirlos y reorganizarlos.
• Ingresos: De dónde provienen y sus montos, sus altas y bajas en el año para después hacer una proyección total.
• Egresos: Pueden ser mensuales, semestrales… Investigar y proyectar, los momentos de gasto, la frecuencia y montos.
• Metas y proyectos: Indicar que se trata de una inversión.
o Repasar las metas y proyectos de corto plazo.
o Tener la voluntad de lograrlos y no rendirse.
• Hábitos de gastos: Entenderlos y detectar las situaciones que lo generan, quien, cómo y por qué se gasta.
• Mecanismos de ahorro: Elaborar planes de ahorro y reservas, proponerse pagar mensualmente el gasto total de las tarjetas de crédito.
• Costos fijos: Son los gastos ineludibles como los servicios básicos, arriendos, impuestos, etc.
• Costos variables: Gastos relativamente controlables, en el sentido de reducirlos como los alimentos y algunas cuentas.
• Actividades Familiares: Gastos familiares como vacaciones, salidas o fiestas familiares. Las tensiones financieras no pueden ahogar la alegría de vivir en familia, quienes se aman siempre encontrarán alternativas.
Para reflexionar responde las siguientes afirmación.