Familia política: ¿qué hacer si la relación es mala?

Familia política: ¿qué hacer si la relación es mala?

Encontré este interesante artículo que presenta las soluciones a este tipo de conflictos de manera sintética y conceptual.

Tú no te llevas bien con la familia de tu pareja. O tu familia y tu pareja no acaban de encajar. Las relaciones con la familia política a menudo pueden ser difíciles. ¿Qué podemos hacer en estas situaciones?

Uno de los problemas más difíciles de llevar para las parejas suele ser la relación con la familia política, generalmente por celos o luchas de poder: suegras que rivalizan por el amor de su hijo con la novia, suegros que rivalizan por el amor de su hija con el novio, hijastros e hijastras que no soportan a los padrastros o las madrastras, etc.

A veces, sin embargo, no se trata de luchas por la atención o el amor de tu pareja, sino que sucede que cuando nos vemos obligadas a relacionarnos con personas con las que tenemos una visión de mundo muy diferente a la nuestra, no es fácil construir una relación.

¿NO TE LLEVAS BIEN CON SU FAMILIA?

Deseamos ser aceptados por la familia de nuestra pareja porque sabemos que la relación será más fácil y bonita si sus seres queridos nos quieren a nosotros también.

Al principio, en las primeras etapas de la relación, generalmente todo el mundo intenta que la relación fluya. Sin embargo, el tiempo puede complicarlo todo.

Si ya es complicado relacionarnos con miembros de nuestra propia familia, lo es aún más con familias con las que no compartimos un pasado en común y a las que no nos une el cariño ni los recuerdos de la infancia.

Es decir, con nuestro cuñado es más fácil ser condescendiente que con el cuñado de nuestra pareja. Con nuestra madre es más fácil ser paciente que con la madre de nuestra pareja. Debemos analizar de dónde procede el problema y tratar de lidiar con la situación:

  • No fuerces la relación. Si no te gusta tu suegra, si no te llevas bien con los cuñados o con tus hijastros, si no te sientes cómoda con la familia de tu pareja, es mejor no verlos.
  • No accedas a hacer lo que no te apetece. Ten claro que tu pareja no puede obligarte a compartir espacios con ellos. Y por supuesto, tú tampoco puedes obligar a tu pareja a elegir entre tú o ellos. Y esto significa que puede que haya cumpleaños que hay que celebrar por separado, o navidades en las que tengas que cenar solo, o sola.
  • No le hagas escoger. Puede que haya momentos en que necesites a tu pareja y sus seres queridos lo necesiten también. No es justo presionar a tu pareja para que pase más tiempo contigo, ni para que rompa o disminuya sus relaciones afectivas con su familia. Una relación de pareja solo es sana si se construye desde la libertad y desde el respeto de los tiempos y espacios de cada cual.

¿SON TUS FAMILIARES QUIENES NO ACEPTAN A TU PAREJA?

Cuando nos emparejamos, presentamos a nuestro amado o amada a nuestra gente para hacer la relación oficial, mostrar nuestro compromiso afectivo y consolidar la pareja.

Nos importa porque si nuestra familia acepta a nuestra nueva pareja, sabemos que tenemos más posibilidades de que nuestra relación funcione. Y porque sabemos que así podremos compartir con nuestra gente querida celebraciones o días especiales del calendario (cumpleaños, bodas, navidades…), eventos familiares (nacimientos, graduaciones) o incluso situaciones difíciles (enfermedades, muertes…).

Deseamos con toda el alma que nuestra gente acepte la relación que tenemos tal y como es, con todas sus virtudes y también con sus defectos. Pero a veces eso no ocurre:

  • Analiza por qué no le aceptan. Que nuestra gente no acepte a nuestra pareja puede ser una señal de que algo no va bien. Si toda la familia nos dice que nuestra pareja no parece buena persona, que no parece confiable o que hay algo que no les ha gustado… quizá nos toque analizar en profundidad qué es lo que pasa. ¿Y si nos estamos equivocando? ¿Y si los demás están viendo algo que nosotras no podemos ver porque estamos cegados o cegadas de amor?
  • Hazles saber cómo puede afectar eso a vuestra relación. Si a tu familia no le gusta tu compañero, también tendrán que asumir que no podrás pasar tanto tiempo con ellos como quisieras, que te va a tocar dividirte y organizarte de otra manera y que, por lo tanto, no podrás estar siempre que quieras.

¿ESTÁS EN MEDIO DE UNA “GUERRA” ENTRE TU PAREJA Y TU FAMILIA?

Puede ocurrir que a nuestra familia le guste mucho nuestra pareja, pero sea nuestra pareja quien no soporte a nuestra tu familia. O puede que no se gusten ninguno y que cualquier intento de establecer un vínculo entre ellos sea en vano.

Poco podemos hacer cuando no hay “feeling” y la cosa no fluye: si no se caen bien, si no se gustan, si no hay buena sintonía, no hay mucho que hacer, excepto organizarnos bien para repartir nuestro tiempo entre ambos. Hay que poner los límites claros para que no te sitúen en medio de una guerra:

  • No cedas al chantaje emocional. Ningún ser querido debería obligarnos a elegir, no debemos permitir que nos hagan la vida imposible con sus celos. Debemos tener mucho cuidado para que ni la familia intente alejarnos de nuestra pareja, ni la pareja nos aísle de la familia.

Nunca debes dejar que nadie trate mal a la gente que quieres, ni dejar que intenten llevarte a su terreno para alejarte del otro “bando”.

  • Deja las cosas claras. Si a nuestro compañero no le gusta nuestra familia o no se lleva bien con ellos, tendrá que asumir que no vamos a dejar de verlos, de cuidarlos, de dedicarles tiempo y de celebrar con ellos todo lo que quieras celebrar. Tú decides cómo repartes tu cariño y tu tiempo, y cómo organizas los cuidados.
  • No te aísles. Es fundamental recordar que nunca una nueva relación puede destrozar nuestra red de afectos. Una persona que llega a tu vida nunca debe obligarte a elegir entre ella y los demás: el amor siempre llega para sumar o multiplicarse, no para ocupar todo tu corazón ni para aislarte de tu gente.
  • No permitas las críticas cruzadas. No dejes que hablen mal de tu pareja o que tu pareja te hable mal de tu gente querida y, sobre todo, no permitas que te den a elegir, ni que te hagan chantajes emocionales.

Si la relación se ve muy afectada por este problema, quizás es que no haya condiciones para juntarse: es muy importante hablar y analizar si es posible quererse cuando no hay forma de relacionarse con la familia de tu amado o amada.

Hay que sopesar los pros y los contras para determinar en qué medida nos afecta este problema; si duele demasiado, quizás no merece la pena intentar que una relación funcione.

Fuente: https://www.cuerpomente.com/blogs/coral-herrera/familia-politica-mala-relacion_5433  Ver <Más información>

Nota: Los párrafos en cursiva fueron incorporados por personal de la fundación

0

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *