La calidad del tiempo con la pareja se ve afectada cuando ambos trabajan, porque además del trabajo del hogar hay dos externos. Aunque esto también signifique más oportunidades.
Este asunto, debe examinarse a la luz del proyecto familiar; al final, el trabajo cambiará o terminará, pero la familia no. Pregúntese lo siguiente:
1.- ¿Tengo claridad respecto de cómo reparto el tiempo entre trabajo y familia? ¿Dónde está el punto de quiebre?
2.- ¿Sentimos equidad en el reparto de las labores hogareñas?
3.- ¿Lo pasamos bien trabajando juntos en la casa?
4.- Las actividades que me tocan en la casa, ¿las realizo pensando que es para el bien de todos?
5.- ¿Soy un buen apoyo para el desarrollo laboral de mi pareja?
6.- ¿Hago valer la diferencia de ingresos para imponer los proyectos propios o mi visión de familia?
Tome las preguntas de su interés y tenga en cuenta el desgaste que provocan los desencuentros repetitivos.
Para reflexionar responde las siguientes afirmaciones.