Con los hijos se puede estar mucho tiempo, pero sin conexión, en cambio se puede tener un breve momento estupendo; la diferencia está en la calidad.
Cabe aclarar que la calidad no es sustituto de la cantidad del tiempo dedicado a los hijos. Ahora veremos los factores que afectan a la calidad sin pretender enumerarlos todos:
1.- Actitud personal: Tus sentimientos deben ser de cariñosa conducción de quien se interesa y entiende las preocupaciones del hijo, y se pregunta ¿Qué necesita, para ser una mejor persona?, etc. Considera que la comunicación no verbal siempre está presente, tú eres su referente te miran y leen, aunque en apariencia no estén prestando atención.
2.- El conocimiento de los hijos: observarlos atentamente, imagina su actitud actual como será si se mantiene a futuro y, aplaude o corregir sin exasperar. Se un buen entrenador amablemente exigente.
3.- Atención personalizada: Demuestra que siempre estarás con ellos. Conversa de sus intereses, trabaja con ellos y aprovecha todas las oportunidades para vivir tiempos de calidad. Dar siempre el ejemplo.
4.- En los detalles está la calidad: dedícale un tiempo especial en solitario a cada uno, apóyalos en sus tareas, háblales en su idioma, juega con los hijos.
5.- La presencia: La calidad demanda estar en cuerpo y mente, concéntrate en ellos -los asuntos de mañana serán atendidos mañana- ahora es tu momento de familia.
6.- Sin Distractores: habla de lo que les interesa, sin TV, CEL, videos, …
7.- Temas espinudos: Si es el caso, crear previamente un ambiente apropiado.
8.- Las personas que rodean el encuentro: intentar que solo se encuentren las que correspondan.
Para reflexionar responde las siguientes afirmaciones.