¿Sin ganas? quizás te pase esto

Este artículo es un buen complemento de los textos del mensaje, donde se detallan diversas causas y soluciones.

La falta de apetito sexual puede tener causas psicológicas y la comunicación es la clave para reactivar las ganas

Cuando la pareja pierde el apetito sexual es importante analizar las causas.  Llega el «sábado, sabadete» y… ¿nada? Algunas parejas pueden llegar a convertir sus relaciones sexuales en algo excepcional, pero no con la acepción de «extraordinarias o privilegiadas», sino más bien con la primera definición que incluye la RAE: «Que forma excepción de la generalidad o de la regla común». O, dicho de otro modo y tirando de frases hechas, algunas parejas tienen sexo «de uvas a peras» o «de higos a brevas».

Quizá a la hora de evaluar este tema no importe la frecuencia sino la necesidad de dar prioridad o un lugar preferente a esa forma de comunicarse de la pareja pues, tal como explica Silvia Sanz, psicóloga y sexóloga, las experiencias íntimas son «el pegamento de una relación».

El sexo, según afirma, implica comunicarse con otros medios diferentes a la palabra y es justo lo que diferencia una relación de amigos de una unión más íntima. Por eso cuando se da la falta de deseo sexual en una pareja la experta aconseja analizar por qué se ha producido.

Las causas pueden ser orgánicas o biológicas y/o psicológicas. Además, también hay que diferenciar si se trata de una pérdida temporal de deseo o si se trata más bien de una ausencia total de deseo (independientemente de la persona, la circunstancia o la situación). La experta analiza así las causas psicológicas más frecuentes y aporta una solución posible para cada una de ellas:

Estrés: ¡No me da la vida!

La sobrecarga de tareas, el tiempo limitado, el exceso de trabajo, el cuidado de los hijos, las labores domésticas, los compromisos familiares… «Cuando sentimos que tenemos más exigencias que tiempo o recursos para hacerles frente, aparece el estrés y se esconde el deseo», explica. Algunos síntomas del estrés como la irritabilidad, el agotamiento o los problemas de sueño hacen que no busquemos ni espacio ni tiempo para el disfrute.

Cómo resolverlo: Prioriza las áreas de tu vida que estás dejando de lado como todo aquello que te ayude a cuidarte y a mimarte. Eso ayudará a mejorar las relaciones sexuales, pues tu estrés será menor y tendrás capacidad para darle el espacio y el tiempo que merecen.

Tuve malas experiencias

La sexualidad está en la cabeza y si en algún momento hemos tenido malas experiencias esos recuerdos pueden generar malestar en lugar de excitación y condicionar la vida sexual. Y lo mismo sucede con la falta de educación sexual o la persistencia de conceptos erróneos sobre el sexo que lo relacionen con algo «sucio» o «tabú».

Cómo resolverlo: Infórmate sobre temas de sexualidad y abre tu mente. Si has tenido malas experiencias, háblalo con la pareja o pide ayuda a un psicólogo o terapeuta que te ayude a entender por qué y cómo te afecta.

No conozco bien mi cuerpo

Si en cada encuentro sexual se siente frustración por no alcanzar el orgasmo y esto se convierte en algo obsesivo puede llegar a afectar al deseo sexual. Aunque, tal como explica la experta el orgasmo no sea el objetivo de una relación sexual esa obsesión puede afectar a la concentración o incluso a los futuros encuentros sexuales.

Cómo resolverlo: Descubrir y conocer mejor los genitales y saber con lo que se disfruta y con lo que no se disfruta es básico para lograr el orgasmo con la pareja.

Asumo el rol del espectador

La experta revela que esto de atender a lo que el otro piensa (rol del espectador) se da con más frecuencia en las mujeres que en los hombres. En ocasiones algunas personas están tan pendientes de cómo nos ve el otro durante la relación sexual que no se permiten disfrutar de la experiencia.

Cómo resolverlo: Concéntrate en el placer. No importa si esa postura te resta atractivo o si se nota que has ganado peso. Mantener relaciones sexuales con las luces apagadas es un error pues la parte visual del sexo es rica y frecuente (sobre todo desde el ámbito masculino). «Poco a poco irás ganando confianza, pero empieza a exponerte. Sin complejos. Quiérete», aconseja Silvia Sanz.

No revelo lo que me gusta

Aunque a algunas personas les resulte incómodo hablar de lo que les gusta en la cama, la experta afirma que la comunicación es la única manera de alcanzar una relación sexual satisfactoria. «Eres responsable de tu propio placer. Si tu pareja no conoce tus necesidades, difícilmente podrá satisfacerlas», explica.

Cómo resolverlo: Guía sin exigencias a tu pareja con tu mano para que sepa qué es lo que te hace disfrutar más, celebra los aciertos expresando cuánto te gusta y descúbrele tus zonas eróticas.

En definitiva, la experta propone que cada uno se responsabilice de su placer, conociendo mejor su cuerpo, planteándose cómo le gustaría que fueran sus relaciones sexuales y, por último, comunicándoselo a su pareja. «Es terapéutico y muy erótico hablar de las preferencias y gustos sexuales. De hecho, existen estudios que demuestran que aquellas personas que hablan de sexo con sus parejas lo practican más, son más orgásmicas y sienten mayor placer que las que no se comunican en este sentido», asegura.

causas psicológicas

  • Estrés y problemas diarios
  • Distintas expresiones del deseo de la erótica que bloquean la relación.
  • Prejuicios o falsos mitos sobre el sexo que provocan ansiedad o insatisfacción
  • Sentimientos negativos hacia el propio cuerpo
  • Problemas no resueltos en la relación de pareja

causas biológicas

  • Hormonal: niveles de andrógenos bajos o hipotiroidismo
  • Consumo de ciertos medicamentos: antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), antihorminas, antihipertensivos o quimioterapia.
  • Ingesta de alcohol y otras drogas
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