La llegada de los hijos con sus alegrías y esfuerzos agregan un rol adicional a la pareja, el de padre-madre que tensiona sus vidas.
Primero el embarazo, luego de la temida cuarentena y la cuna, todo parece conspirar contra la complicidad sexual, pero a favor del crecimiento de pareja.
Son incontables las parejas que han hecho de estas circunstancias una oportunidad para madurar su sexualidad y reforzar su relación de pareja. El dedicarle también esfuerzos al rol de padre y madre te permitirá ver hijos alegres y sanos.
Claro, nunca ha sido fácil gobernar el instinto y la espontaneidad sexual, pero con inteligencia y creatividad hay que seguir apostando por la pareja, buscando nuevos momentos de intimidad.
Es central complementar el doble rol de pareja con el de padre y madre, a sabiendas de que ambos roles son fundamentales para la cohesión familiar.
Por último, la pareja debe sentirse fundadora y base de la familia sobre la cual se desarrollan los hijos, sin olvidar que la relación de pareja es para siempre y la de los hijos no, al final harán su vida independiente.
Para reflexionar responde las siguientes afirmaciones.