Un encuentro especial
Muchas relaciones se resienten con el paso de los años.
La rutina, los problemas cotidianos y el peso de las obligaciones son algunos de los factores que propician el distanciamiento.
También las luchas de poder entre los miembros de la pareja, la diferencia de opiniones, la falta de tolerancia. Dar por sentado que el otro siempre va a estar ahí, dejar de verle como es realmente. Centrarse demasiado cada uno en sus objetivos y necesidades. Los diferentes caracteres y gustos de cada uno, etc.
Los ritmos del amor
Con el tiempo, es totalmente natural que el flechazo inicial se calme. Ese enamoramiento va dando paso a otros sentimientos más sosegados y maduros, propiciando el compañerismo, la unión profunda y estable.
Incluso es una cuestión física. Los procesos bioquímicos y la revolución hormonal que se dan en la primera etapa del amor no son sostenibles en el tiempo. No es adaptativo mantener esa intensidad emocional.
El ser humano no sería capaz de sobrevivir si estuviera toda su vida obnubilado y obsesionado con su amor, ya que perdería el foco y la concentración que necesita para el día a día.
Así, pasados los tres años, la dopamina (sustancia química responsable del enamoramiento) se va reduciendo gradualmente. Motivo por el cual las emociones se van desensibilizando y perdiendo intensidad.
Al principio, esa fuerte liberación de dopamina en el cerebro implica que se disminuya la activación de la corteza prefrontal (área relacionada con el razonamiento). Por eso, cuando estamos enamorados nos cuesta mucho ver los defectos de la otra persona, y decimos aquello de “el amor es ciego”.
Sin embargo, al pasar esta primera etapa y reducirse la cantidad de dopamina en el organismo, nos acostumbramos y se reduce la intensidad emocional.
También nos desensibilizamos por el “efecto de mera exposición” al estímulo; es decir, por ver a menudo a nuestra pareja.
De este modo, pasados esos tres años iniciales, es muy común que, o bien la relación se haya asentado, o bien se rompa.
Muchas personas son adictas a la dopamina, a ese enamoramiento continuo, a las emociones fuertes del comienzo de una relación. Por lo que no suelen durar mucho en pareja; o bien buscan relaciones tormentosas, que les hagan vivir en una auténtica montaña rusa emocional en la que se puedan sentir vivos.
Todo tiene su lado positivo
Así, no debemos olvidar que es algo totalmente natural (incluso necesario) el pasar esa primera “crisis” en la pareja, porque también tiene su finalidad positiva.
Cuando tu amado/a deja de ser perfecto, significa que estás saliendo de la idealización, para darte cuenta de que es una persona real. Con sus múltiples defectos y virtudes. ¡Igual que tú mismo!
Así que gracias a esta primera desilusión lograrás, o bien empezar a vivir una relación más real y justa, o al menos dejar de perder el tiempo (si decides que no es la pareja que deseas).
¿Cómo evitar la desconexión?
Las crisis en la pareja se pueden producir en cualquier momento. No hay una fórmula matemática, pero por lo general (si no se trabaja por evitarlo), cuanto más tiempo se lleve juntos, más monotonía, menos pasión, menos interés y más conflictos.
En cualquier caso, si lo que deseas es recuperar la conexión con tu pareja (o evitar que se produzca), te recomiendo seguir estos 10 consejos:
1º) Acepta que, hasta cierto punto, es natural e inevitable el no sentirte igual de ilusionado que cuando comenzasteis la relación. No te sientas culpable por no poder controlarlo y adáptate a la nueva situación.
2º) No te frustres ni te enfades por ello con tu pareja. Pon de tu parte para no caer en la monotonía y mantener el interés mutuo.
3º) Es importante no “dejar de verse” el uno al otro. Apreciar su ser, tal y como es (no como tú quieres que sea).
A menudo, cuando nos enamoramos, lo hacemos de un ideal. No vemos a la persona tal como es, sino como nosotros deseamos verle.
Nos enamoramos de un reflejo de nosotros mismos, de las similitudes que guarda la persona con nosotros. Mostramos más interés por quienes compartimos gustos y aficiones, o se parecen en algo a nosotros. ¡Así de egocéntricos somos los seres humanos a veces!
“Enamorarse es amar las similitudes.
Amar es enamorarse de las diferencias”
De modo que el amor verdadero llega cuando eres capaz de ver a la persona en su totalidad. Cuando empiezas a ver su singularidad. Cuando aceptas que es un ser humano, con miles de virtudes y de defectos. Como tú.
4º) Esta aceptación trae paz y justicia a la relación. Porque conectas con la humildad y dejas de exigir a tu pareja que se comporte como ese ideal que habías creado en tu mente.
5º) También es fundamental que revises tus creencias irracionales con respecto al amor.
Si te paras a analizar las películas, canciones, cuentos, anuncios, etc. verás que tratan de vendernos una idea a menudo poco realista. El “vivieron felices y comieron perdices” no existe y además nos llena de insatisfacción y frustración. Este es un tema muy extenso, así que escribiré otro artículo al respecto, para no desviarnos.
6º) Valora su presencia. Piensa cómo sería tu vida sin tener a tu pareja a tu lado. Piénsalo realmente. Elige varios momentos del día e imagínate vívidamente sin él/ella. ¿Cómo te sentirías? ¿Cómo cambiaría todo?
Date cuenta de que cada día, cada minuto, cada segundo, elige estar a tu lado. Y no con otra persona, ni en ningún otro lugar.
7º) Valora las cosas que hace bien. Deja de centrarte tanto en sus defectos, en lo que le falta, en lo que hace mal.
Al reducirse la cantidad de dopamina en el organismo, es fácil que se produzca un desequilibrio y que pases al lado contrario.
Cuanto más idealizada tengas a tu pareja, más se te caerá del pedestal. Así que hay un desequilibrio hacia el lado contrario. Donde antes veías a un ser maravilloso, es probable que veas ahora a alguien que lo hace todo mal y lleno de carencias.
Además, hay que sumarle la frustración y el enfado interno (¡que en realidad es contigo mismo!) por darte cuenta de que no estás con quien creías estar.
De modo que, si equilibras conscientemente esa balanza, dando el peso exacto a las virtudes y a los defectos de la persona, siendo lo más objetivo y justo posible, volverás a enamorarte de tu pareja. Y esta vez, de verdad.
8º) Valórate y quiérete a ti mismo (Vuelve a leer esta frase, porque es de vital importancia).
Si no te quieres y te valoras tú, te está faltando el amor más fundamental e importante de tu vida.
Y nada ni nadie lograrán calmar ese dolor interno que llevas. Por muchas parejas que tengas. Por mucho que viajes. Por muchas compras que hagas. Por mucho que le pidas a tu pareja que te diga que te quiere.
Esa herida sólo la puedes sanar tú. Así que responsabilízate de tu parte y empieza ahora mismo a ser el amor de tu vida.
9º) No esperes que tu pareja te haga feliz.
Me explico: No le pongas la obligación ni la responsabilidad de hacerte sentir completo y satisfecho. Esto es algo que te corresponde a ti.
Tú eres una naranja completa, no te conformes con ninguna mitad. Responsabilízate de mantener satisfechas tu necesidades, y que tu pareja sea quien te haga AUN MÁS feliz.
10º) Recuerda que tu amado/a y tú tenéis un objetivo común. Sois un equipo. Vais en el mismo barco. Debéis remar al unísono, en la misma dirección.
Da igual si estáis juntos para formar una familia o por divertiros un tiempo. ¡En ambos casos estáis construyendo algo juntos!
Muchas parejas, con el paso de los años terminan volviéndose casi como enemigos, discutiendo sistemáticamente por todo. ¡Se han olvidado de esa conexión y de esa libertad desde la cual siguen juntos! No caigas en esa trampa.
En conclusión, cuanto más consciente seas de que tu pareja es un ser humano, cuanto más objetivo te mantengas a la hora de apreciarle, cuanto más abierto estés a conocerle y respetarle siendo como es, y cuanto menos idealizado le tengas, más fácil será quererle de verdad y mantenerte conectado
Nota de la fundación: Estoy convencido que para perseverar y feliz el punto 10 final es central, le agregaría la búsqueda del sentido de la trascendencia en común de la pareja.
Entre el punto 9 y 10 agregaría algo del amor maduro de donación, proponerse que la otra persona alcance la mayor realización posible, madures, sabiduría, paz … nada se paga mejor que sentir el crecimiento del otro gracias al influjo del propio amor, al final veremos que nosotros también nos hemos realizado, madurado … Así se puede llegar a tener un matrimonio de 40 años y más feliz de que cuando partieron …
Fuente: https://www.sicologiasinp.com/psicologia-clinica/10-consejos-evitar-perder-la-conexion-pareja/ <Más información>
Nota: La nota inicial y las anotaciones con letra cursiva son de personal de la Fundación