Relaciónate amablemente
Diez consejos para relacionarte amablemente con la gente
Las relaciones son una fuente de satisfacción. Tener amigos, conocidos, poder expresar nuestras emociones y opiniones en público y el apoyo de una red social, nos hace sentir que pertenecemos a una tribu, a una familia, a la comunidad. De hecho, una de las mayores fuentes de estrés es sentirse solo, no tener gente con la que quedar y compartir o tenerla y no ser hábil para relacionarte con tranquilidad y disfrutar del momento.
Las relaciones personales, la pareja, los amigos o familiares, hay que saber cuidarlas. Nadie permanece a tu lado si no se siente querido, respetado y tenido en cuenta. Tan fácil es hacer sentir bien a alguien, como conseguir que se sienta la mayor de las miserias. Hay grupos especialmente vulnerables con los que debemos tener más cuidado que con ningún otro: niños, mayores, personas vulnerables y emocionalmente sensibles, bien sea por su nivel de sensibilidad o porque atraviesan un momento duro en su vida, personas que están por debajo jerárquicamente, como trabajadores a tu cargo o personal de servicio, o todos los que te atienden para que tú tengas una vida mejor. Todos merecen ser respetados y tratados con cariño. Ninguno somos más que nadie, nada nos sitúa en un peldaño superior, ni el trabajo que desempeñamos, ni la posición social, ni mucho menos el género, la raza o la religión. Así que las conductas déspotas, engreídas y soberbias, así como la superioridad, sobran en todas las relaciones personales, sean del tipo que sean.
Si sabes cómo se llama, llama a la persona por su nombre
A todos nos gusta, salvo en muy contadas excepciones, que nos llamen por nuestro nombre. Fortalece la relación y personaliza el trato. Las palabras como chica, oye tú, tú, guapi, guapa, morena, tío y demás, salvo en contextos en los que su uso esté aceptado por el grupo y tena una connotación cariñosa, no deben ser utilizados. Puedes ser humillantes para muchas personas, a pesar de que tu intención sea la de ser amable. Como en todo, depende de cómo se dirija uno a la persona, el tono, la sonrisa o la dulzura natural que alguien tiene.
Sé agradecido con el tiempo y los detalles que los demás tienen contigo
Existen personas muy detallistas, como mi amiga Yolanda Cuevas, y gente que lo es menos. No está ni bien ni mal, no significa que tú tengas que cambiar, pero sí agradecer el tiempo que otra persona ha tenido pensando en ti. No lo des por sentado como si fuera algo natural el tiempo que te dedican. Agradécelo de forma sincera. Hay mucha gente muy servicial, que disfruta siéndolo y merece ser reforzada por ello. Si alguien está siendo amable contigo, ¡qué menos que reconocérselo! En el sector servicios, dónde existe tanta variedad en el trato, valora mucho quien te trate con tiempo, amabilidad y servicialidad.
La educación como bandera
Por favor, gracias, serías tan amable…, te importaría…, podrías… son palabras de consideración y amabilidad hacia la otra persona. No escatimes a la hora de utilizarlas. Nunca sobran, salvo que seas alguien muy repetitivo que termina por ser cargante.
Tu mirada, tu sonrisa y tus gestos dicen más de ti que cualquier comentario
Trata a decir el siguiente comentario con cara seria y luego con una sonrisa de oreja a oreja “qué tonto eres”. Cuando se dice de forma seria es un insulto y una humillación, pero cuando lo dices sonriendo, puede denotar cariño, broma o complicidad ante una situación absurda o graciosa. Una sonrisa abre puertas. Es mucho más fácil relacionarse con gente sonriente porque te hacen sentir cómodo.
Ten paciencia, deja que la gente se exprese, no te adelantes y le acabes tú la frase
Cuando te adelantas y atropellas al que habla contigo, consigues que se sienta poco hábil o incapaz.
Deja que los demás participen
Las personas extrovertidas y locuaces terminan por manipular la conversación. Cuentan sus cosas, hablan, opinan y no dejan que otros intervengan. Es incómodo y aburrido estar en una reunión en la que siempre hablan los mismos.
Interésate por la vida de los demás
La vida de uno es importante para uno. La familia, las aficiones, el trabajo. Nos sentimos bien y agradecidos cuando nos preguntan por nuestros planes, por cómo les va a nuestros hijos o si seguimos practicando deporte o no. Sentimos que le interesamos al otro y que se preocupa por nuestro bienestar y nuestros problemas.
Espera cosas buenas de los demás
Las personas que desconfían de los demás por regla general, tienen más dificultad para establecer relaciones de calidad y profundas. El miedo a que los demás le fallen les impide sincerarse, no contar con ellos y compartir, y viven así relaciones superficiales. Tratan de protegerse de todo. Pero el mundo de los otros no está bajo nuestro control. Es cierto que la gente nos puede fallar, que hay gente desleal, poco honesta, mentirosa o envidiosa, pero sinceramente, son los menos. ¿Tú lo eres? Seguro que has contestado que no. ¿Cuánta gente ha leído este artículo? Espero que mucha y que la mayoría de ellos hayan contestado que no. Entonces, somos una mayoría de buena gente. Confiemos los unos en los otros para tener relaciones de calidad.
Practica el sentido del humor
Pero no lo confundas con la burla o con ser graciosillo, sino con ver la parte divertida, simpática y humorística de la vida. Nos gustan las personas alegres, divertidas y desenfadadas. Por el contrario, la gente seria, que no sabes de qué humor se levantan y por tanto cómo dirigirles la palabra, dificultan mucho las relaciones, además de ser muy estresante el trato con ellos. No te tomes los comentarios como algo personal, no saques punta a todo y ten cuidado con tu susceptibilidad.
Hazle la vida fácil a los demás
De verdad que no es tan complicado. Guarda tu rabia, tu rencor, tu frustración o tu amargura para gestionarlo contigo, pero no con los demás. ¿A que tú percibes enseguida quien te trata con amargura? Es más, solemos hacer ese tipo de comentarios con la gente negativa, que nos pone trabas o que no es servicial “menudo amargado”. Hacerle la vida fácil a los demás incluye anticiparse, dar más información de la que te han pedido, preguntar si necesitan algo más e incluso ofrecerte.
Lo más positivo de comportarte de forma amable y elegante con la gente, es que nunca fallas.
Fuente: https://blogs.elpais.com/plena-mente/2017/03/diez-consejos-para-relacionarte-amablemente-con-la-gente.html pulsa el botón <La Red> Por: Patricia Ramírez
Nota: Personal de la Fundación ha destacado con negrilla y cursiva los tópicos que ha considerado relevante.
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